Shaqiri le apodan desde hace tiempo el Messi de los Alpes. Y si uno ve los tres goles que hizo ayer, sobre todo el primero, parece que el sobrenombre no le viene nada grande. El extremo suizo, suplente de Robben en el Bayern, completó una actuación estelar, hizo el segundo hat-trick de este Mundial (el primero fue de Müller) y metió a Suiza en octavos, donde se medirá a Argentina. La cita entre los Messis es el martes,en Sao Paulo.
Con Blatter en el palco (el presidente de la FIFA es suizo y tiene su corazoncito) y el calor sofocante de Manaos en el césped, Honduras salió valiente, confiando en el milagro de la clasificación. Fue hasta que Shaqiri decidió vestirse de Messi y marcar un tanto similar al del argentino a Irán, pero mejorado. El zambombazo del suizo, después de culebrear al borde del área, entró por la escuadra. El primer golpe la dejó sonada, pero al segundo mamporro, Honduras besó la lona. Su intención de ir a por el partido facilitó las contras de Suiza. Una de ellas, espectacular, comenzó con un gran pase de Inler a Drmic y acabó con una asistencia del sustituto de Seferovic para que de nuevo Shaqiri fusilara con la zurda.
En la segunda parte, Honduras tiró de orgullo y puso en alguna dificultad a Suiza. Rodríguez le sacó a Bengston el 2-1 en la raya de gol y Jerry Palacios reclamó un penalti. Pero, pasado el impulso inicial, Drmic y Shaqiri siguieron haciendo diabluras. Así llegó el 0-3, en otro contragolpe. Honduras se va de su tercer Mundial, segundo seguido, sin haber podido ganar ningún partido.
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