La victoria del Manchester City ponía en el disparadero al United. La brecha de seis puntos obligaba a los de Ferguson a ganar al Arsenal para no perder el tren de una Premier, que se le podía escapar definitivamente a un intermitente ManU. Al final, un gol de Welbeck daba una sufrida victoria a los 'diablos rojos', un triunfo que les permite seguir luchando con el eterno rival por el cetro de Inglaterra. El partido empezó frío, lejos de lo que se esperaba de estos dos equipos, eléctricos y viscerales. Los mismos que en agosto firmaron un apasionante 8-2 en Old Trafford. Pero el encuentro del Emirates distó mucho de aquella exhibición de verano. En la primera mitad, tan solo un maravilloso centro de Ryan Giggs que remató a gol Valencia, rompía la monotonía del encuentro, lento. La segunda parte tendría otro guión. Los de Wenger empezaron a hilar una jugada tras otra y la puerta de Lindegaard no parecía que aguantaría mucho tiempo imbatida. Van Persie, a puerta vacía, Ramsey y Rosicky tuvieron el empate en sus botas. Poco después, Mertesacker sacaba un balón en la línea de gol que habría supuesto el 0-2, un resultado casi definitivo.
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