martes, 13 de marzo de 2012
La servilleta de Rexach merece un sitio en el Museo del Barça
El 14 de diciembre de 2000, Pep Guardiola cumplía una década como jugador del Barça. Ese mediodía, en el restaurante del Club de Tennis Pompeia, en plena montaña de Montjuïc, se reunían en una comida de trabajo Josep Maria Minguella, presidente de ese club de tenis y quien había financiado la prueba de Leo con el Barça; Horacio Gaggioli, que era quien había hecho el contacto con el chaval y su familia, y Carles Rexach, secretario técnico del Barcelona. Recuerda Gaggioli que "en un momento de la comida, ante la demora por parte del Barça en darnos una respuesta, le planteamos José María y yo a Rexach que si veía que el chico no interesaba al Barça, que nos lo dijera. Que nos buscaríamos la vida y que no pasaba nada. Entonces, Charly, que es un tipo con golpes geniales, cogió una servilleta de la mesa, le pidió un bolígrafo al camarero y escribió un documento que cambiaría la historia del Barça". Este documento ha estado siempre en manos de Gaggioli, que lo guarda en una caja fuerte y que saca muy de tarde en tarde (fue fotografiado en medios argentinos y en La Vanguardia hace años). Reconoce Gaggioli que ha tenido ofertas millonarias para adquirir esta servilleta. Le han ofrecido dinero de Japón, de Estados Unidos y de casas de subastas y memoriabilia de Inglaterra. Pero las descartó. "El sitio de este documento está en el Museo del Barça, tiene para mí el mismo valor que el acta fundacional de la entidad firmada por Joan Gamper", asegura.
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