Todo lo que toca Messi se convierte en oro. El crack azulgrana se llevó como corresponde el balón con el cual había marcado los cinco goles contra el Bayer Leverkusen en la vuelta de los octavos de final de la Champions. Leo, en principio, tenía pensado guardarlo en casa como otro trofeo más, pero el argentino ha decidido al final donarlo al museu del club para que los aficionados puedan verlo y recordar esta gesta única. Así los goles de Messi han convertido este esférico en una pieza de gran valor histórico y su lugar ideal para conservarlo en las instalaciones del FC Barcelona
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