Bayern Munich 2 - 1 Real MadridLos blancos volvieron a perder en Múnich y el Bayern, el de toda la vida, tomó ventaja en la eliminatoria en el último minuto con un gol de Mario Gómez que confirmó lo que ya se sabía, el horrible partido de Fabio Coentrao, ridiculizado por Lahm y no Robben en el preludio del definitivo 2-1. El supuesto mejor lateral izquierdo defensivo del equipo fue al suelo ante el lateral local y se le vieron todas las miserias. Fue un filón para los teutones.
Un Allianz Arena rojo, repleto e hirviendo. Así imagina el madridista el infierno. Y así lo vivió por enésima vez. El Madrid no pudo agarrarse a Cristiano, ni a Özil, ni a Di María y resultó un estrepitoso fracaso la insistencia de Mourinho en Coentrao como lateral izquierdo. Le sujetaron hasta el minuto 89 la inesperada madurez de Benzema y dos centrales heroicos, con nervio, colocación e inteligencia. Pero el Bayern, que mantiene los jugadores feroces, malhumorados e hipermotivados de siempre, llegará a Madrid en ventaja gracias a un tanto de Mario Gómez en los postres. El resultado tomó apariencia, en algún momento, de mal menor. El partido fue y vino. Y esos cambios de tiempo son especialmente perjudiciales en Múnich. Porque con mejores y con peores equipos, el Bayern siempre sacó mucho partido de los momentos de excitación, aquellos en los que el duelo se convierte en un gallinero. Y tuvo la fortuna de hacer blanco en la primera ocasión que se le presentó. Ribery se encontró una pelota perdida que no acertó a despejar Ramos y tocó en Badstuber para enganchar un bote pronto incontestable. Una estocada corta que validó el 'óptimo' Webb pese al flagrante fuera de juego de Luiz Gustavo, cuya presencia en la línea de disparo despistó a Casillas. Fallaron el teatral inglés y su auxiliar para dejar mal al técnico blanco en la víspera. Se le fue la mano en los elogios, por ese lance y por otros, como todos sospechábamos.
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