Real Madrid 3 - 1 Sporting de Gijón
Cristiano volvió a acudir al rescate del Madrid en otro momento de grave apuro para su equipo. El Sporting se puso por delante en el Bernabéu y estuvo muy cerca de provocar un incendio que hubiera convertido en una broma lo del Valencia. Pero el portugués parece decidido a conquistar esta Liga. O, al menos, a tirar de su equipo hasta donde le alcancen las fuerzas.
El Real Madrid se agarró a su tridente mágico, ese que forman Cristiano, Higuaín y Benzema, para sobrevivir en el día más gris de un equipo lento, sin fútbol y demasiado confuso, que debió sufrir más de lo que quizá hubiera imaginado para superar al penúltimo clasificado. Marcaron los tres para sacar de un apuro al Madrid, que llegará al Camp Nou con el mando de la Liga y después de igualar el récord histórico de 107 goles en una temporada. El Sporting planteó un ejercicio de paciencia al Real Madrid y, ante todo, un desafío futbolístico. Se trataba de derribar el muro levantado por Javier Clemente delante de su portero, donde situó hasta nueve futbolistas, y el reto fue hacerlo jugando un fútbol discreto. El Sporting le negó todos los espacios al Madrid y con ese escenario sufrió Özil, se desesperó Higuaín y se volvió a demostrar lo inservible que es Khedira en estas situaciones, cuando lo que se necesitan son ideas y no músculo. Formó pareja el alemán en el mediocentro junto al turco Sahin y ninguno de los dos aprobó el examen que suponía tratar de suplir la capacidad de creación que aporta el ausente Xabi Alonso.
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