Después de unos años oscuros en los que tuvo que soportar incluso un
descenso administrativo, la Juventus conquistó nueve temporadas después
su Scudetto número 28 (la Justicia italiana le retiró dos) gracias a su
victoria ante el Cagliari en el estadio Nereo Rocco de Trieste (0-2 con
goles de Vucinic y Borriello), lo que unido a la durísima derrota del
Milán en el derbi ante el Inter (4-2), le garantizó levantar la copa de
campeón la próxima semana ante su afición en un partido ya
intranscendente ante el Atalanta. La Vecchia Signora, reconstruida desde
el descenso, con nueva casa (se ha hecho fuerte en el Juventus Stadium
donde ha olvidado la frialdad de Delle Alpi) y un entrenador juventino
de toda la vida y querido en la entidad, Antonio Conte, ha devuelto el
orgullo a su afición, que ayer celebró en Turín y en toda Italia su
regreso como club ganador.
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