Demasiado fácil. Esa es la conclusión que se puede sacar del choque entre el Dinamo de Bucarest y el Barcelona. Tras los empates ante dos rivales de entidad como el PSG y el Manchester United, el equipo de Tito de Vilanova no tuvo problemas para doblegar por 0-2 a un conjunto muy inferior en su último encuentro de pretemporada antes del inicio liguero.Poco tardo el equipo azulgrana, este sábado de naranja y amarillo, en abrir la lata por mediación de Messi. Corría el minuto cuatro y el argentino celebrara su quinto gol de la pretemporada tras batir de disparo cruzado al guardameta rumano.El tanto, lejos de enrabietar a los pupilos de Dario Bonetti, trajo más ocasiones para el conjunto azulgrana. Con las bandas como protagonistas, el Barça gozó de varias ocasiones para ampliar laventaja antes del descanso. No obstante, el dominio culé extendido por un césped en mal estado a lo largo de toda la primera parte no se palpó en el luminoso debido a la mala puntería del propio Messi, Alexis, Pedro o Alves.El paso por vestuarios y el carrusel de cambios en ambos conjuntos, hasta seis cambios realizó el Barça, hizo que el panorama variara un poco. Así, Grigore pudo hacer las delicias de los aficionados locales en el minuto 50. Sin embargo, Valdés lo evitó mandando su cabezazo a córner.El Dinamo de Bucarest se veía capaz de empatar el partido y así se lo hacía saber a un Barça que pareció perder la frescura que mostró en los primeros cuarenta y cinco minutos. Por suerte para el conjunto de Tito Vilanova la sangre no llegó al río ya que Bartra y Valdés, en sendas llegadas locales, lo evitaron.Iniesta, ya con Villa y Fontás sobre un terreno de juego ocho meses después, fue el encargado de sacar al Barça de la primera marcha en la que se encontraba con varios disparos envenenados. El primero, una vaselina, se acabó marchando por encima del larguero rumano, mientras que el segundo salió lamiendo el poste derecho.
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