Sabíamos que el Barcelona no discute las formas, pero se olvidó de lo más importante en el Parque de los Príncipes. El fondo es el fondo y el Barça pasó de eso en París, donde empató un partido en el que pudo golear y que fue ganando con un 0-2 tan llamativo como su equipación naranja y amarilla.El resultado no importa porque estamos hablando de un amistoso, pero eso de dejarse llevar no es la primera vez que le pasa. Evitarlo algún día más, cuando casi todo se reduzca al marcador, es un reto para Tito. El Barcelona se sintió tan superior, que lo era en la capital francesa, y se perdió con los adornos. Es el riesgo de quedarse sólo con los preliminares.El PSG quiere ser como el Barcelona; pero, de momento, no está para eso. Es verdad que el Barça no le ganó, pero fue todo un espejismo. Ancelotti fue valiente con Pastore, Lavezzi, Nené e Ibra, pero ni ellos ni sus compañeros la olieron. El Barcelona fue el único príncipe que se paseó por el parque verde parisino.Tito mezcló con Alves, Messi, Puyol o Busquets y canteranos como Planas, Sergi Roberto o Rafinha. Los nombres son de lo menos cuando la filosofía está por encima de todo. El Barcelona no perdió su personalidad y muy pronto marcó. Lo hizo Rafinha, el bueno de la familia para el señor Alcántara. Alex se la tragó y el chaval le dio las gracias.
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