El Málaga ha rendido tributo a Sebastián Umberto Viberti. Lo ha hecho como se merecía quien ha pasado a mejor vida como un icono blanquiazul: con fútbol. Recital de Pellegrini a Pellegrino. En todo. Y baño de unos jugadores a otros. En todo también. Nadie en Valencia le puede poner ni un pero al resultado. Al contrario. Lo injusto hubiera sido que la superioridad del Málaga no tuviera un marcador acorde a lo visto en el campo. Portillo, Saviola y Roque Santa Cruz han firmado una goleada con la que el Málaga da un golpe en la mesa en sus aspiraciones de ser equipo Champions. Todo lo contrario que el Valencia, un equipo que pasa del todo (Bayern) a la nada (ayer) con preocupante y desilusionante facilidad.
Pellegrino apostó por Gago y Tino en la medular y Banega a modo de enganche. Pero en el Valencia hubo un cortocircuito permanente. El Málaga dejaba que Rami o Ricardo Costa salieran con el balón, pero cuando este llegaba a los pies de Gago o Tino, los malaguistas mordían y recuperaban. No había por parte del Valencia elaboración y menos continuación y Nelson Valdez era un personaje por el campo que sólo aparecía en pantalla cometiendo faltas.Portillo adelantó en el minuto 7 a los de Pellegrini en una acción que resume lo que fue la primera mitad. El balón llega a los pies de Eliseu dentro del área quien con pasmosa facilidad se marchó de Barragán y da un pase hacia atrás a Portillo. Éste, con todo el tiempo del mundo y más ante la inoperancia de los centrales blanquinegros, controla, levanta la cabeza, mira por dónde meterla y la cuela con un toque tan sutil como preciso.Lo mejor que le pudo pasar al Valencia fue llegar al descanso con vida. El Málaga le dio durante 45 minutos un repaso en todo. En intensidad, en desarrollo táctico, en calidad y en ideas. De no ser porque le faltó definición, el Málaga se hubiera marchado al vestuario con un resultado acorde a la superioridad vista sobre el maltrecho césped de La Rosaleda y no con solo un gol de ventaja. Golazo, por cierto.Todo lo contrario que el Málaga. Defensa sólida y ataque creativo. Con Camacho y Toulalan haciendo suya la medular, Isco, Eliseu, Joaquín y Portillo se movían y alternaban provocando un mareo permanente a los defensores valencianistas. Entre muchas otras delicatessen, y para deleite de sus aficionados y colmo de los valencianistas, Isco hizo una jugada de dibujos animados. De malabarista. Haciendo toquecitos como si estuviera solo se marchó de Tino Costa, Guardado y Ricardo Costa.Lo dicho, sólo le faltó definición, porque ocasiones generaron como para irse al descanso 4-0. En dos ocasiones sus rápidas transiciones no terminaron en gol por culpa del césped, una de Saviola y otra Joaquín, y en otra por el buen hacer de Diego Alves, de nuevo el mejor del Valencia. Buena parada del guardameta brasileño en el minuto 41 a disparo cruzado de Joaquín.
sábado, 24 de noviembre de 2012
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