Real Betis 1 - 0 Real Madrid
El Real Madrid se dejó mas de media Liga en Sevilla. Tras caer en el Pizjuán, los blancos cosecharon una derrota ante sus vecinos del Betis, que venían de sufrir una dolorosísima goleada en el derbi. El Real Madrid más plano que se recuerda fue la víctima perfecta para la expiación verdiblanca, que regaló una noche de fiesta a su gente ante un equipo que no se pareció en nada al que, hace tan poco, fue campeón.El Betis salió con el único objetivo de reencontrarse con su gente. El resultado era lo de menos. La actitud y la defensa de un escudo eran lo importante. Por eso eligió dejarse la piel en el campo como la estrategia más sencilla y populista hacia la comunión. Justo lo que no supo hacer ante el eterno rival. Su salida enrabietada no sorprendió al Madrid. De hecho, el equipo blanco mandó con templanza y seguridad sin acordarse de su desgaste en Europa. Cristiano tuvo la primera ocasión en una buena contra y Khedira, en su nuevo rol de llegador, acarició el primer gol a bocajarro. La banda izquierda de su ataque era el camino adecuado hacia el gol. Ángel no encontró ayudas en Agra. El Madrid se sentía dominador y las sensaciones le gustaban, hasta que Beñat cambió por completo el panorama en una jugada aislada. Di María, en su afán por ayudar en defensa, despejó al centro un balón desde el barrio de Arbeloa. El zapatazo cayó en los pies del vasco que, sin pensarlo, se deshizo a pocos metros del área de Khedira y conectó un disparó duro y por abajo que hizo inútil la estirada de Casillas.El Betis había encontrado la chispa adecuada paraavivar la hoguera en la que ardía. Sólo habían corrido siete minutos de reloj y, aun así, el Madrid no entendió que las prisas no son buenas. Copió el plan del rival para intentar devolver la igualdad y creyó que la agitación era la solución al problema. Un error. Con la calidad de su parte no hizo más que nivelar el desacierto con su oponente. Con tantas imprecisiones en la creación, Özil pareció en huelga. El alemán sólo entró en el partido en el momento en que Mourinho puso a calentar a Kaká y a Modric como último aviso.El Madrid notó demasiado su intermitencia. Sin su participación, no hilvanó. Con ella, Di María pudo empatar. Alex, magistral en defensa junto a Dorado y Amaya, se cruzó decisivamente en su camino.Mourinho quiso enmendar el entuerto con dos cambios en el descanso. Y ya van 40 de esta forma desde que es el entrenador del Real Madrid. En esta ocasión Modric y Kaká suplieron a Khedira y Özil. Y aunque la mejoró algo, el técnico castigó mucho al equipo con la salida de Mesut cuando su objetivo era hacerlo sólo con el futbolista. Con espacios y el Betis desgastado, Özil era la catapulta perfecta para lanzar a Cristiano y Benzema. Ambos demandaban más balones. En uno de los pocos que les llegaron, Benzema vio como no le convalidaron un gol sin estar en fuera de juego y, en otro, Cristiano casi empata con un derechazo que entre Adrián y Ángel mandaron al limbo.
sábado, 24 de noviembre de 2012
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