miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ni la nieve evitan la décima victoria del Bayern

En el Khimki Arena dos rivales se interponían en la travesía de victorias del Bayern Múnich. Uno, elCSKA. Y dos, el césped. Los de Pep Guardiola superaron ambas adversidades y se despegan del récord de nueve victorias en Champions que logró el Barcelona entre los años 2002 y 2003. Los de Múnich suman 10 gracias a los goles de Robben, Götze y Müller. Lo peor para los alemanes, la lesión de Philippe Lahm, que tuvo que retirarse en el minuto 26.
La Champions ya no está en la agenda del equipo moscovita: su objetivo ahora es asegurarse la Europa League. Contra el Bayern sumar puntos se antojaba complicado a priori, y durante la hora y media de juego la probabilidad no cambió. Los de Guardiola tardaron unos 10 minutos en aclimatarse a las condiciones rusas: nieve, frío, un césped muy duro y más nieve cayendo sin parar. En ese periodo, el CSKA tuvo un par de ocasiones a balón parado, su principal baza de ataque en el primer periodo.
A pesar de los acercamientos iniciales, el líder de la liga alemana sacó a relucir su carácter germano y se mantuvo impasible. Ni nervios, ni precipitación. El Bayern se centró en tocar el balón y abrir huecos en la defensa rival, que estaba muy junta para evitar que el balón corriera. A golpe de pases en profundidad y sobre todo de veloces cambios de juego, los de Guardiola consiguieron su propósito hasta acabar ajustando el partido a sus propios intereses. En una de las múltiples internadas de los jugadores de banda al centro, Robben hizo el primer tanto. El CSKA estaba encajonado entre la defensa y el ataque de su rival, manejado sin poner oposición.
El CSKA salió del cubículo en el que estaba metido al comienzo de la segunda parte. Honda falló dos oportunidades clarísimas: en la primera, estuvo muy lento en un mano a mano con el Neuer y el guardameta acabó atrapando el cuero. En la segunda, solo tenía que empujar el balón a la red, pero su disparo fue tan flojo que el portero del Bayern llegó a tiempo.

Los errores no minaron la moral del CSKA, al contrario: por primera vez en el partido tenían libertad para jugar y atacar. La confianza de los de Stutski crecía a pasos agigantados, pero adolecían de pegada. El Bayern, menos suelto que en la primera mitad, no. Götze cogió el balón entre líneas, se fue de tres defensores y, de disparo cruzado, hizo el 2-0 en el minuto 56.
El castigo no escarmentó a los locales, que insistieron hasta lograr su premio: un penalti a favor tras una mano (parecía involuntaria) de Dante. Esta vez Honda no falló y el CSKA se vio dentro del partido (1-2). Pero solo por cinco minutos. Götze estrelló un balón en el palo apenas unos segundos antes de que el árbitro decretara penalti (clarísimo) sobre Robben. Müller sentenció.
El Bayern no dejó de intentar buscar el gol durante la segunda parte. La ventaja en el marcador y la resintonización del CSKA no les hizo recluirse atrás. Pero la nieve seguía cayendo y la victoria parecía tan clara que el despliegue físico y la velocidad de toque no era la misma. El CSKA vio en esa actitud el risco al que agarrarse en su difícil escalada al vigente campeón de Europa. Pero el gol de Müller les venció. Tosic intentó continuar la ascensión, pero el larguero repelió su disparo. Neuer se encargó de frustrar el resto. Solo el Manchester City podrá evitar el liderato alemán.

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