sábado, 21 de diciembre de 2013

El Atleti es líder

Líder. Sufriendo, sí, pero líder. Líder. A la espera que lo que haga el Barça, sí, pero líder. Así, desde la cumbre,cierra el Atleti un 2013 para recordar. El año en que ganó la Copa, reconquistó el Bernabéu, sedujo a la Champions, volvió a ser un grande. Y el parón navideño le llega en el momento idóneo, tras dar algunos síntomas de cansancio ante el Sant Andreu y el Levante, que le llevó al límite como ningún rival antes en el Manzanares. Pero el Atleti sigue superando sus momentos de flaqueza por pura fuerza de voluntad. Y por Diego Costa, claro. Un portento.
El partido, como Gila, nació por sorpresa. Llegó cuando el Atleti aún no le esperaba, pero en vez de sentarse a esperar en el portal, castigó el despiste con un gol granota a los 57 segundos. Arda regaló a Nikos todo el tiempo del mundo para preparar el pase y los centrales dejaron a Ivanschitz plantarse sin oposición ante Courtois. Gol y a remar contracorriente. Durante un cuarto de hora, pudieron dar gracias los rojiblancos de perder sólo 0-1.
Caparrós había manifestado en la previa su admiración por el equipo de Simeone y, durante un rato, parecieron intercambiar identidades. Era el Levante el que presionaba, robaba y se lanzaba directo al área contraria. El Calderón tenía un nudo en la garganta que amenazó con ahogarle en el minuto 10, cuando Barral aprovechó un error de Miranda para rematar a bocajarro. Entonces, surgió de la nada la mano sagrada de Courtois comenzó a despertar al Atleti.

Al belga se unió primero Juanfran, después Gabi y finalmente Arda. El Atleti recuperó la intensidad y con ella, el mando. Poco a poco, el hechizo se deshizo y el Levante volvió a ser rana. Una rana bastante mona, todo hay que decirlo. Con el espléndido Diop al frente, aguantó el asedio con orden, rodeando a Diego Costa y Arda cada vez que recibían, pero no contaba conGodín. El central robó en mediocampo y fue poseído de nuevo por el espíritu del delantero que fue de niño. Cuando esto sucede, y es a menudo, el gol es probable. En cualquier portería. El uruguayo tocó y se fue al área cual ariete antiguo para cabecear de maravilla un centro de Juanfran. Gran gol.
Era el minuto 30 y no hubo respiro hasta el descanso. El Atleti vivía en el área de Keylor, pero el Levante sabía aprovechar los impropios errores de la mejor defensa de la Liga. Barral volvió a tenerla en el 43’, pero remató fuera (y pidió penalti) ante Courtois. El paso por el vestuario despertó a la bestia. Minuto y medio tardó Diego Costa en marcar el 2-1. Falta al segundo palo sacada por Gabi y buena volea con la zurda del pichichi (19 goles ya, dos más que Cristiano).
Parecía que la única incógnita que quedaba por resolver era cuántos goles metería el Atleti en su intento de mejorar el goal average para mantener el liderato, pero el partido estaba juguetón. En una contra, Koke cometió un error grave y permitió a Pedro Ríos cabalgar 40 metros, agradecer una entrada blandita de Filipe, y marcar con un buen disparo desde la frontal. Empate y vuelta a empezar.
Simeone recurrió al talismán Raúl García y el Atleti atacó con fe, pero sin chispa ni aire. El Levante aguantaba bien hasta que, en el 77’, Rubén no vio llegar a Juanfran por su espalda y, en vez de al balón, golpeo al lateral. Penalti. Lo tiró Diego Costa, generando una desconfianza de la que él carece: gol. Y aunque el partido acabó con dos córners para el Levante (en uno fue expulsado Juanfran por un rifirrafe con Filipe) y el asunto olía raro, no hubo disgusto final. Esos eran otros tiempos, otro Atleti. Este es líder y lo seguirá siendo si el Barça no gana o lo hace sólo por 0-1. Suceda o no, la Navidad no puede ser más feliz para él. 2013 ha sido una fiesta. Que dure.

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