El Chelsea remontó un tempranero gol del Liverpool para acabar ganando 2-1 y seguir la senda del Arsenal y el Manchester City en la batalla por el título. El encuentro comenzó redondo para los 'reds'. Tres minutos, una falta a favor, un centro al área y el 0-1 de Skrtel en el rechace. Pero hay goles que uno desearía no haberlos marcado nunca porque el tanto en contra despertó la mejor versión del Chelsea.
El equipo de Mourinho reaccionó con un futbol directo, menos especulativo del que acostumbra, y no detuvo sus ataques hasta que vio al Liverpool con la lengua fuera.
Se esperaba a Luis Suárez y el hombre del partido fue Hazard, que inmediatamente después del 0-1 respondió con un disparo cruzado repelido por Mignolet. Cahill lo intentó de cabeza y Lampard rozó el empate con un disparo tremendo desde la frontal que también despejó el portero red.
El centrocampista inglés, con David Luiz en la posición de pivote, gozó de libertad para armar el juego y asistir a Hazard, Willian y Oscar en la búsqueda del gol. En una de esas jugadas, el belga encontró un balón perdido en el borde del área y lo acarició con una rosca perfecta hasta el fondo de la red.
Conseguido el empate, el Chelsea se lanzó a por la remontada y la encontró en una buena jugada de Oscar por la banda derecha que acabó en un pase de la muerte al área y en el gol de Eto’o.
El juego 'blue' recordaba al de la primera era de Mourinho al mando y el gol del camerunés fue también una reminiscencia a su mejor versión. Se anticipó a Skrtel, lo dejó clavado y metió la puntera con voracidad para batir a un desacertado Mignolet.
El descanso despertó al Liverpool y anticipó una segunda mitad más abierta, pese a que Mourinho cambió a Lampard por Mikel buscando el efecto contrario. Sakho pudo empatar con un cabezazo al larguero y acto seguido Eto’o perdonó en un mano a mano ante Mignolet el posible gol de la sentencia. Abierta la veda, apareció Suárez para empalmar un centro de Henderson directo al cuerpo de Cech.
El Chelsea dio otro paso más atrás y se agazapó pensando que era mejor ganar 2-1 que arriesgarse al empate por buscar un resultado mayor. Y aún sin quererlo, la magia de Hazard y un disparo de Oscar desde la frontal pudieron poner la sentencia al partido. El Liverpool se lanzó a la desesperada en los minutos finales y a falta de 10 su intento pudo encontrar premio en un penalti tonto de Eto’o a Suárez que no vio Howard Webb. Ahí se acabaron sus opciones.
El equipo de Rodgers perdió como cuatro días antes lo hizo ante el City, quizá sin merecerlo del todo, quizá castigado por el colegiado… y ya está fuera de la zona Champions.
domingo, 29 de diciembre de 2013
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