-¿Se ve capacitado para entrenar a campeones del mundo, no sólo a jóvenes como tiene en el Borussia?
-No sé cómo se ve y desde cuándo mi carrera en el extranjero. Puede que sólo se conozcan los tres últimos años con el Borussia. El que haya trabajado con jugadores jóvenes no es porque sea un técnico fantástico por la juventud sino porque no había dinero, y había que basarse sobre otros aspectos, el talento y la perspectiva. Lo de la juventud tampoco es tan correcto cuando se ve que logré el ascenso en el Mainz con una media de 31 años. Una cosa es entrenar con estrellas hechas y otra desarrollarlas para que lleguen un día a ser buenos jugadores. Sahin, Subotic, Lewandowski… Hemos tenido muchos éxitos aquí. La base es el respeto. Así no hay problema. Me gustan los buenos futbolistas, y con eso está todo dicho.
-Es difícil dar la vuelta a un 3-0. ¿Qué ingredientes hay que poner para que la remontada se produzca?
-Encaramos el partido de la forma más natural posible. Al fin y al cabo no es tan difícil. Hay muchos consejos que vienen desde fuera que dicen que sería idóneo abrir el marcador en el minuto cinco y no sé qué pensar. No serviría de nada si luego no lo haces bien en los otros 85 minutos. No sé cuántos de esos milagros que se anuncian se convierten en realidad. Lo que nosotros sólo podemos decir es que hay que darlo todo. Le debemos a nuestros seguidores poner toda la pasión del mundo.
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