El Madrid se medirá al Bayern y el Atlético al Chelsea. La ida será en el Bernabéu en el caso de los blancos el 23 de abril y en el Calderón en el de los atléticos un día antes, el 22; el orden se invertirá en la vuelta, primero en Múnich el 29 de abril y después en Londres el 30. La final será el 24 de mayo en Lisboa.
La primera gran noticia que deparó el sorteo es que no habrá cruce entre conjuntos españoles, lo que permite seguir pensando en que una final nacional es posible. Luis Figo volvió a ejercer de maestro de ceremonia, aunque esta vez dejó más disconformes a los madridistas que en ninguna de las anteriores rondas. Y es que las primeras bolas que extrajo fueron las del Madrid y el Bayern, un emparejamiento vibrante que tendrá su desenlace en el Allianz Arena.
Eso, más el potencial del actual campeón de Europa, convierten el duelo en un hueso muy duro de roer para el Madrid. La duda por lesión de Cristiano en la ida y el regreso de Guardiola al Bernabéu le ponen más picante si cabe a un emparejamiento histórico y siempre intenso. La última referencia está en la Champions de 2012, también en semifinales, cuando los alemanes se impusieron por penaltis en aquella aciaga tanda por parte de los madridistas, coronada con el famoso lanzamiento de Sergio Ramos a las nubes.
También tendrá morbo la eliminatoria que mida a Atlético y Chelsea. En principio, por descarte era la opción más atractiva para los de Simeone, aunque se encontrarán con un conjunto parecido en cuanto a prestaciones a lo que ellos ofrecen: tácticamente fuerte, siempre ordenado en defensa, con calidad en línea de tres cuartos y un entrenador competitivo y ganador como Mourinho. La visita del técnico luso al Calderón también será un aliciente extra para dirimir qué equipo pasa a la final.
viernes, 11 de abril de 2014
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