Bélgica 1 - 0 Corea del Sur
Los Diablos Rojos aburren, pero ganan. Así se plantan en las eliminatorias a un partido, como un bloque sólido que empieza por un porterazo rodeado de tipos fuertes, sigue con una estrella llamadaHazard y termina en un descubrimiento llamado Origi. El punta del Lille siempre entra a la hora y revoluciona el juego. Ganaron a Corea del Sur gracias a un disparo suyo que Vertonghen prolongó a la red. Y a Courtois, claro. Viven de las rentas y les va de cine.
Bélgica tenía una misión clara: sacar un punto para esquivar a Alemania. Y había que hacerlo con la ley del mínimo esfuerzo. Así que Wilmots dejó a medio equipo fuera. Entre ellos a Lukaku y su alternativa,Origi. Habrá que ver por quién apuesta de salida ante Estados Unidos. También dio aire a Hazard, su dios, que tuvo sólo cinco minutos y casi marca. Era el momento de soltar a Januzaj, por ahora a leguas del crack del Chelsea.
Si tenía alguna inquietud por el liderato, Rusia le echó pronto un capote con el gol de Kokorin. Y es que sólo le amenazaba Argelia. Demasiadas cosas a favor como para sacar un fútbol alegre cuando no lo han hecho en todo el torneo.
Si los europeos tienen alguna opción en este Mundial es por su músculo y envergadura, que marcan las diferencias. Fellaini se sacó una peinada (con su pelo abultado toca el cielo) y Mertens mandó el balón arriba con todo a favor. También la altura de Courtois resultó decisiva para que no se moviese el marcador antes del descanso. Se estiró como un gato a un disparo espectacular abajo de Ki. Dicen que el talento del Sunderland peca de inmadurez. Condiciones tiene todas. Hay un diamante por pulir.
Una absurda acción de un tipo experto como Defourdio pimienta al partido. Corea necesitaba dos goles para el milagro y tenía 45 minutos para obrar el milagro, que así se puede denominar meter dos goles a Courtois en un solo tiempo. Los asiáticos, con tanta intensidad como falta de pausa para buscar los espacios, necesitaban un gol temprano. Se precipitaron. No merecieron perder. Tampoco ganar.
Fue entrar Origi y dar la sensación de que Bélgica volvía a jugar con once. A Vertonghen le dio por acompañar un disparo suyo y aprovechó el único balón suelto que dejó el meta coreano. Wilmots explotó de alegría, la calculadora le funciona.
jueves, 26 de junio de 2014
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