Rara vez los trofeos de campeones salen ilesos de las celebraciones posteriores a los títulos. Tampoco fue el caso de la mismísima Copa del Mundo, que terminó algo mal parada la fiesta que le brindaron los jugadores alemanes tras la final.
"Hay una parte de la Copa que está un poco astillada", reconoció el presidente de la Federación Alemana de Fútbol, Wolfgang Niersbach. El máximo mandatario del fútbol germano añadió que ya se está trabajando para arreglar un trofeo que, no obstante, dista mucho de ser el original.
El trofeo Jules Rimet genuino pasó a mejor vida en 1983, cuando fue robado y fundido para siempre. Desde entonces, la FIFA entrega al campeón del mundo de turno una réplica. Sea original o copia, los desperfectos sufridos por el trofeo Mundial tras Mundial continúan siendo prácticamente inevitables.
martes, 22 de julio de 2014
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