Se vio espectáculo en Munich: se crearon ocasiones en ambas porterías (más en la de un sensacional Hart que pudo encajar a los 43 segundos), y hubo juego (más el Bayern). Nunca antes un equipo de Guardiola había sido tan directo. Pep parece haber aceptado que su plantilla está capacidad para ser un poco menos guardiolista y un poco más bayerista. El repertorio que ofreció ayer recordaba al Bayern que ganó todo con Heycknes: velocidad en la transición, centros por la banda y búsqueda de Müller entre líneas y Lewandoski arriba.
La presencia del polaco influye tanto en el juego del equipo como un Xabi que ayudó a la fluidez de la distribución del balón y que buscó romper líneas de presión con algunas diagonales. El City se presentó con un solo delantero (Dzeko), y se fue cerrando a medida que avanzaba el partido. Pero la entrada de Robben añadió sorpresa al ataque alemán hasta el tardío y merecido gol de Boateng.
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