El Chelsea vuela a los mandos de Diego Costa y Cesc Fabregas. Uno asiste, otro marca, los dos disfrutan. Y sobre todo hacen disfrutar. Porque el nuevo equipo de Mourinho ha dejado atrás el juego ramplón y las victorias por la mínima de la pasada temporada por un fútbol seductor y con goles. Así, lidera la Premier League en solitario con pleno de victorias, 15 goles a favor en cuatro encuentros (3.75 de media) y seis en contra.
Contra el Swansea, el equipo Blue tardó en entonar su melodía, empezó incluso perdiendo con merecimiento tras una gol de Terry en propia puerta, pero una vez que Costa se puso el traje de asesino y empató el encuentro al filo del descanso el resto fue coser y cantar.
El delantero español sigue sin romper el cascarón de seda de la Selección pero ha entrado como anillo al dedo en el fútbol de vértigo de Mourinho. Su participación era dudosa hasta el mismo viernes por la lesión sufrida en el amistoso ante Francia (que le hizo perderse el encuentro ante Macedonia). No obstante, el técnico portugués decidió arriesgarle y Costa demostró con un hat-ttrick que no se equivocó. Primero, cabeceó a la red un córner botado por Fábregas para hacer el 1-1 justo antes del descanso y espantar las dudas que dejaba la primera mitad, con el Swansea dominando tanto el juego como el marcador.
Ya en la segunda mitad, con el Chelsea en modo apisonadora, hizo el 2-1 tras otra asistencia de Cesc, su segunda del partido, sexta de la temporada. No contento y con su insaciable hambre de gol por bandera remató la faena a pase de Ramires para encarrilar la victoria y confirmarse como el fichaje del verano, revelación del inicio de la Premier (el viernes fue elegido mejor jugador del mes de agosto), tras anotar 7 goles en cuatro partidos (el año pasado entre Torres, Etoo y Ba hicieron 19). Luego, Remy hizo el cuarto para los blues y Cleverley echó el telón con el definitivo 4-2 de la honra para los galeses.
domingo, 14 de septiembre de 2014
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