
El famoso estadio Luzhniki de Moscú, donde juega el Madrid mañana, presenta una característica casi única a nivel profesional: su césped es artificial. Las temperaturas tan extremas que azotan Moscú durante el año, hasta 60 grados de diferencia entre verano e invierno, obligaron a los dueños del CSKA, equipo anfitrión, a pensar en soluciones alternativas al costoso mantenimiento del césped natural en esas condiciones. La hierba artificial, superficie que reina en el fútbol amateur, fue la elegida. Pero el acondicionamiento del césped no fue lo único que tuvieron que pensar los dirigentes moscovitas. También había que modificar el calzado de los jugadores, pues con el que usan sobre hierba natural se exponían a numerosas lesiones, la mayoría con los ligamentos como protagonistas.
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