
La selección brasileña y la de Bosnia Herzegovina jugaron en el terreno aparentemente neutral de San Galo (Suiza), en realidad repleto de hinchas bosnios, un partido sin gran brillo. Comenzó con goles y terminó con una escueta victoria brasileña por 2-1.Anotó Marcelo a los tres minutos y respondió Ibisevic a los 12 (Ver vídeo). Tras un arranque de vértigo, llegó un dominio infructuoso de los brasileños, dirigidos por un aceptable Ronaldinho durante una hora, hasta que fue sustituido por Ganso. Brasil lo intentó una y otra vez sin éxito, mientras que los bosnios, animados desde las gradas como si jugaran en casa, armaban rápidos contraataques o lanzaban balones arriba para intentar sorprender de nuevo a Julio César, que estuvo torpe en la jugada del gol bosnio. Cuando el empate parecía irremediable, en el minuto 90, Marcelo envió un balón a la banda izquierda, lo persiguió Hulk y su centro, dirigido a Neymar y Ganso que llegaban desde atrás, lo interceptó el defensa bosnio Papac, para introducirlo en la portería de Begovic. Se esperaba mucho de Neymar, sin duda el jugador más en forma de la escuadra brasileña, pero no hubo grandes alardes por su parte. Rápido en las bandas, hábil en el control y muy seguro en el regate, la defensa bosnia no le dejó los espacios que necesitaba para crear peligro. Sus escasos disparos fueron interceptados por un firme Begovic sin mayores problemas.
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