
Pocas veces una muerte fue tan digna. El Arsenal no estará en el bombo de los cuartos de final de la Liga de Campeones pero lo podría haber logrado si sus fuerzas hubieran aguantado un poco más. Y es que los 'gunners' arrinconaron al Milán contra las cuerdas con tres de los cuatro goles necesarios para ir a la prórroga. Koscielny, Rosicky y Van Persie pusieron a los italianos contra las cuerdas, pero la segunda parte ahogó al Arsenal y el equipo milanista administró de forma certera el tiempo de juego. Solo el hecho de soñar con meter cuatro goles a un equipo italiano resulta casi una temeridad. El Milán selló prácticamente el pase a cuartos de final de la Liga de Campeones hace dos semanas y nada hacía presagiar una mutación devastadora. Pero el Arsenal tragó saliva y se aferró al buen momento de Van Persie. La gesta pasaba por unos primeros minutos de acoso a la portería de Abbiati.El cansancio rompió por completo el encuentro y a menudo se frecuentaban las áreas por regalos del rival. De ese intercambio de imprecisiones resurgió el cancerbero Szczesny al repeler uno de esos disparos inesperados de Ibrahimovic y al atajar en línea de gol un intento de Nocerino. El Arsenal nunca abandonó el campo de batalla. Lo intentó por todos los medios pero el despliegue del primer tiempo pasó factura y el equipo acabó ahogado en la orilla de los cuartos de final. Ahí estará un Milán bipolar, romántico en la ida y timorato en la vuelta.
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