La campeona no ganó en su estreno en la Eurocopa, pero no perdió nada de crédito. Aquí todo hay que ganárselo y La Roja fue capaz de sacar un empate después de adelantarse Italia, especialista en quedarse con carteras robadas. Cuando no se obtienen beneficios, al menos, conviene no sufrir pérdidas. Sí le pasó hace dos años a España en Sudáfrica y conviene quedarse con la cara de la moneda. España igualó un partido en el que tomó ventaja Italia una hora después de que comenzase a rodar la pelota. La 'Azzurra', vieja zorra, no pudo guardar el botín que divió Pirlo en el mapa. No había aparecido hasta entonces Andrea, pero ese par de segundos valieron su peso en oro para Italia. El centrocampista de la Juve progresó con el balón cosido al pie y asistió al espacio, por donde apareció Di Natale para batir a Casillas como los buenos delanteros. Llevaba muy poco en el campo después de entrar por Balotelli, loco de remate, y se metió entre los centrales españoles para colárnosla hasta dentro. España empató tres minutos después. La ayuda llegó rápidamente frotando una lámpara maravillosa, de la que salieron dos genios, primero Iniesta, luego Silva, y marcó Cesc, ese delantero que dicen de mentira que hizo el único gol de la campeona de Europa en Gdansk. Del Bosque engañó a todos con Fábregas y lo mismo hizo el catalán con los italianos, entrando dentro del área y batiendo a Buffon con rabia de rematador.
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