domingo, 16 de septiembre de 2012
Partidazo en Vallecas
El Atlético estuvo a punto de dejar escapar un 4-0 ante el Rayo. Marcaron Mario, Koke, Turan y Falcao (p), pero los rojiblancos se dejaron ir en el tramo final y casi lo pagan caro. Delibasic (82' y 85') y Leo (89') asustaron a un Calderón entregado a los supercampeones de Mónaco,quintos con 7 puntos y un partido menos.La eficaz maquinaria rojiblanca rindió a las mil maravillas fabricando goles idénticos. Desborde por la banda, pase de la muerte y gol a placer. Después incluso hubo tiempo para el zarapazo del Tigre Falcao. Parecía la incisión mortal pero entonces empezó la segunda parte de la historia. La que protagonizaron Delibasic, con dos goles, y Leo Baptistao, con otro. El Rayo metió el miedo en el cuerpo pero no pudo evitar salir derrotado en un derbi madrileño que deja a los de Simeone con siete puntos y en zona de Europa League pero con un partido menos. Con los mismos puntos se queda también el equipo de Vallecas que se marchó con la cabeza alta por la reacción.Ni el glamour del trofeo llegado de Mónaco ni las garras de Falcao asustó a Paco Jémez, que lució puño de hierro al mantener intacta su defensa de tres jugadores ante un rival desgarrador en ataque. El técnico canario mezcló la osadía defensiva con el aplomo en el centro del campo para elaborar un coctel que, aunque de inicio quedó aguado por la perspicacia de Arda y Diego Costa, con el paso de los minutos se fue endulzando. El hostigamiento rojiblanco desde el costado zurdo solo ocasionó un disparo de Gabi antes de los diez minutos. Más dolor provocaron los latigazos de Koke a balón parado pero sus compañeros no lo aprovecharon.El paso de los minutos asentó al Rayo Vallecano. Cuando Trashorras y Javi Fuego dieron un paso al frente en el centro del campo para canalizar el juego y contagiar a jugadores como José Carlos, eléctrico en los movimientos y refinado con el balón. Aunque el conjunto vallecano no llegó a intimidar nunca a Courtois. Mientras, el Atlético de Madrid seguía bien plantado atrás a la espera de su oportunidad.Paco Jémez ya avisó en la rueda de prensa del sábado que la fórmula para colarse en la fiesta del Atlético se basaba en "tener los seis sentidos puestos en el rival porque no hay margen de error". Y no se equivocó en nada. Unas pérdidas comprometedoras ya auguraron lo vivido a la media de hora de juego cuando un contragolpe vertiginoso atizó al Rayo Vallecano. Diego Costa tomó la autopista menos congestionada de la noche, la de la izquierda, llegó hasta el área rival y metió un pase de la muerte por donde pasaba Mario Suárez para empujar el balón.El tanto no cambió la cara de ninguno de los dos equipos. Siguió imponiéndose el toque a las ocasiones aunque los de Simoene pudieron marcharse al vestuario con mayor renta pero Arda Turan no picó lo suficiente un balón que rechazó la defensa de Vallecas.
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