FC Barcelona 0-0 Benfica
Lo que se presentaba como un trámite antes del plato fuerte de los octavos, terminó de forma dramática para el Barcelona. Lionel Messi, que entró a falta de media hora para el final del partido, se lesionó tras un encontronazo con el portero rival. Ni récord de Müller, ni ganar al Benfica para hacer caja. Ahora mismo en 'Can Barça' lo único que preocupa es el estado de 'La Pulga', aunque las primeras informaciones descartan una lesión grave.Quizá la lesión no sea grave, no de esas tan graves que cambian la perspectiva de toda la temporada, pero anima a la reflexión sobre la exigencia del calendario, la voracidad de los astros que lo juegan todo y siempre… y los juegos de tahúr de los hados del fútbol, claro. La jugada concentró toda la atención del Barcelona, y del fútbol mundial, en un puñado de minutos de un partido frustrante para todos. El Barcelona no ganó, casi no jugó a nada y no llevó a Messi al récord el récord. Y el Benfica no aprovechó la alineación y la frialdad del rival y se quedó fuera de la Champions por el gol de Celtic en el minuto 82 del partido de Glasgow. Contra un Barcelona bajo mínimos y repleto de canteranos, un buen equipo con el agua al cuello no tuvo ni fortuna primero ni fuelle después. Estas son las diferencias del fútbol actual y este fue el destino del Benfica, que perdonó demasiado primero y no tuvo fuerza después aunque terminó el partido dejando unos datos que no se recuerdan en el Camp Nou, casi el doble de llegadas al área que el Barcelona (14-27), muchos más disparos totales (8-16), ocho córners más (2-10). Al final, empate y a Lisboa sin premio.En ese primer tiempo el Benfica llegó hasta en cinco ocasiones ante Pinto, que hizo dos buenas paradas, una con ayuda final del poste. Antes Rodrigo falló un tres contra uno, después Nolito rozó la escuadra y siempre Ola John fue un martirio para Planas, superado en la banda izquierda en una noche que le resultó mortificante. El canterano no tuvo el día como no lo tuvieron Sergio Roberto, un Thiago aún oxidado por la convalecencia o su hermano Rafinha, todavía verde. Peor fue lo de Song, otra ocasión perdida, o la soledad de Villa. Así que el Barcelona se sostuvo por Pinto y por la pareja supersónica de centrales que formaron Puyol y Adriano hasta que entraron Piqué, Messi y finalmente Deulofeu, que trató de animar los minutos del espanto, de la marcha de Messi al final. La jugada desgraciada del astro argentino cerró un segundo tiempo en el que el Barcelona jugó un poco mejor y, sin alardes, se acercó al triunfo. Pero de repente daba igual un partido de por sí destinado al olvido. Daba igual el empate y hasta el cacareado récord de Müller. El Barcelona concentra la mirada sobre la rodilla izquierda de Messi y respira porque los primeros informes restan gravedad a la jugada que hizo contener la respiración al Camp Nou y que casi convierte un día de fiesta en un funeral, el récord en maldición.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)

No hay comentarios :
Publicar un comentario