martes, 10 de septiembre de 2013

Chile hizo sufrir a España

Chile, selección de altísimo valor energético, se fue a por el partido sin tanteo ni estudio previo. Hizo muycorto el equipo, con tres centrales, frente a los cuatro que utiliza habitualmente, y presionó ferozmente, con Vidal sobre Javi García y Pizarro y Díaz sobre Xavi y Cesc, para dejarnos sin suministro, y con Alexis de alboroto permanente. En aquella salida a todo gas encontró un gol. Isla filtró un buen pase, se durmió Sergio Ramos en el achique y Vargas resolvió con sencillez y sin oposición. Después aguantó con firmeza, procuró que nada pasase en el partido y se sobrepuso bien al empate, con otro gol de Vargas al filo del descanso, cuyo giro para encarar a Valdés no adivinó Albiol. Vargas ha marcado en siete de los últimos nueve partidos de su selección. A España le explicó bien por qué.
La Selección añoró la silueta de Iniesta, que entró tras el descanso; confirmó que el centro de la defensa es su zona más deprimida (no hubo descanso para Albiol y Ramos y sí lágrimas por las ausencias) y echó de menos a sus mediocentros titulares, parcela donde se concentraron los contratiempos. El hiperactivo Vidal, un jugador para varias posiciones y bueno en todas ellas, se le hizo gigantesco a Javi García. Fue producción y dirección y firmó un partido soberbio. Monreal no tuvo el atrevimiento de Jordi Alba y perdió su duelo con Isla, lateral, extremo y chico para todo.Soldado no acaba de romper, pese a su gol, y no resolvió el problema del nueve. Todo fue peor que en Helsinki, empezando por la dificultad del adversario.
En la relación de exculpados queda Cesc, definitivamente jugador nuclear de esta Selección. Hoy pesa más que Xavi y el hecho no parece coyuntural. Estrelló un balón en el palo. Y también Pedro, siempre irreprochable, esta vez el mejor. Fue el primero en disparar, regaló un gol a Soldado y otro a Navas (entre él y Mena estuvo el último toque), cuando los extremos se tocaron, y su velocidad resultó una molestia que Chile no supo sacudirse. Apúntenle el empate a su entrega y su fe.
También a los cambios de Del Bosque. “Hay partidos que se endemonian”, dice a menudo el seleccionador y este lo estaba hasta la llegada de Iniesta, que mejora cuanto toca, y de Navas, que nos hace más rápidos y más anchos. Nacho debutó corriente arriba pero sin fallos, Reina no se descompuso en el mal rato, a Koke le pusieron en la suerte natural, como mediocentro, y en la acometida final nadamos hasta el empate. Pero si Chile se nos cruza cuando importa será mejor que nos encuentre con más salud y mejor ánimo.

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