El Nápoles no pierde comba y se mantiene a dos puntos del líder, el Roma. Después de dos tropiezos consecutivos, el empate en casa ante el colista de la Serie A, el Sassuolo, y la derrota en Champions frente al Arsenal en Londres, se rehizo y le dio un buen meneo al Livorno, al que goleó (4-0) en San Paolo.
Funciona el grupo de Rafa Benítez y se nota en los detalles pequeños que hacen grande a un equipo. Tiene un sistema definido (1-4-2-3-1), un plan (el contragolpe), una estrategia trabajada (las faltas y los saques de esquina, tanto a favor como en contra están estudiados y asignadas las marcas), es solidario en todas sus líneas (los cuatro goles de ayer los marcaron cuatro jugadores distintos: Pandev, Ilner, Callejón y Hamsik) y es el equipo menos goleado del campeonato por detrás del líder (Reina, que está fenomenal, ha recibido cuatro goles en siete jornadas). Un buen funcionamiento global que permite rotar cuando hace falta y superar las bajas cuando no hay más remedio.
Ayer no se notaron las ausencias de Albiol e Higuaín, ambos lesionados. El valenciano es el líder de la zaga napolitana y el argentino su goleador. Pero los que jugaron en su lugar lo hicieron bien. El macedonio Pandev marcó el primero nada más empezar. Lo mismo que en Londres fue un alma en pena, ayer estuvo a su altura. Además de su gol se asoció, como una pared perfecta, con Callejón en el tercer gol del Nápoles. Callejón ya lleva cuatro goles en la Liga de Italia, y está a uno de hombres tan certeros como su compañero Hamsik, y también De Rossi, ambos con cinco, y a sólo dos del cappocanionere del Calcio, Cerci, que ha marcado seis.
El gran partido de la jornada es el que midió a Juventus y Milán en Turín. Los de Conte se impusieron por 3-2, pero sufrieron bastante en buena parte del encuentro y no encontraron esa agresividad que tanto les caracteriza. Aún así, lograron remontar el tanto inicial con el que los milanistas se habían adelantado, obra de Muntari. Primero Pirlo, en una falta en la que Abbiati pudo hacer mucho más, y después Giovinco, tras un extraordinario recorte, dieron la vuelta al marcador. Incluso Chiellini puso más tierra de por medio después de aprovechar un disparo al larguero de falta de Pirlo. A última hora, Muntari recortó distancias pero no fue suficiente. Llorente no salió del banquillo.
domingo, 6 de octubre de 2013
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