Alemania 4-2 Grecia
Alemania es el rival a batir. El ‘gallito’ de esta Eurocopa. Por mucho que Grecia le avisara en la segunda mitad con una contra aislada de raza. No es casualidad que el equipo de Löw hiciera pleno en la fase de grupos al convertir las duras piedras del camino en dulces golosinas. Es la selección que más minutos seguidos ha conseguido jugar bien y a la que menos le duran las pájaras. Esta vez se sacudió una inesperada en seis minutos. Ante Grecia solventó de nuevo la papeleta con solvencia, mostrando un estilo que gusta y una llegada que impone. Marcó cuatro goles como pudo haber logrado una docena, y amenazó con su fútbol a quien ose retarle en el futuro más inmediato: Italia o Inglaterra en semifinales; esperemos que España en la gran final. Löw sorprendió de salida con tres rotaciones en su once tipo que muy pocos entendieron. En España, la hoguera le esperaba. Un verdadero ataque de entrenador. Algunos descifraron de su plan una ráfaga de aire fresco y otros, graduados en fútbol internacional, vieron en su decisión una alternativa ideal para perforar la muralla griega. Las críticas a su decisión tampoco faltaron. Sentar a Mario Gómez, autor de tres tantos en el campeonato, nunca es fácil de digerir. Sea como fuere, lo cierto es que la estrategia no pudo tener mejor fin. Diez ocasiones en el primer tiempo, varios tantos de bandera, uno más de Klose anulado con justicia y un bombardeo para responder a su peor trago. De hecho, y reconocida su superioridad ante Grecia desde que se conoció el cruce de cuartos, no se descarta que a Löw no le bastara con pasar de ronda. Puede que su objetivo real fuera llegar con sus soldados fuertes y sanos al juicio final del 1 de julio.
viernes, 22 de junio de 2012
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