El gol de Marchena, que volvió al once por la baja de Alberto Lopo, abrió al Deportivo el camino del triunfo y del ascenso, un objetivo que se le había resistido en las últimas jornadas pero que por fin pudo celebrar, además, delante de su afición.
Después de haberlo aplazado demasiado tiempo -hace un mes que parecía hecho-, el Deportivo salió convencido al césped de Riazor, donde le recibió una afición entregada, que ya le había hecho pasillo hora y media antes del encuentro.
Le bastaba empatar para no tener que mirar a otros campos, pero el equipo coruñés quiso la victoria y su técnico, Fernando Vázquez, recuperó el sistema que le había dado sus últimos triunfos antes de encajar una goleada ante la Ponferradina (0-3) y emborronar la temporada con otros cuatro encuentros más sin ganar.
Dejó en el banquillo a su pivote defensivo, Álex Bergantiños, y encargó la creación a Juan Domínguez, Juan Carlos, el chileno Rabello, el portugués Luisinho y el marfileño Ibrahim Sissoko, que fue el primero que intentó romper la igualdad con un disparo que atajó René.
El Jaén, que empezaba la jornada con sólo dos puntos de ventaja sobre el descenso, dejó que el Deportivo llevará el peso del choque y le aguantó.
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